Cada framework de JavaScript representaba no solo una herramienta técnica, sino una forma de pensar. Angular imponía su estructura todo-en-uno, React impulsaba la flexibilidad y el minimalismo, y Vue intentaba conquistar a quienes querían la sencillez de uno y la potencia del otro. Cada comunidad defendía su propuesta casi como una bandera: se discutía si JSX era un avance o un error, si las directivas eran mejores que los componentes, o si la reactividad debía ser explícita o implícita.
Sin embargo, basta mirar la evolución de los últimos años para ver cómo aquellas grandes diferencias se han ido desdibujando. Hoy, cuando observamos a frameworks como SolidJS, Svelte, Qwik o incluso el veterano Angular, vemos cómo todos terminan recogiendo ideas de los demás: la reactividad fina con signals, la arquitectura de componentes, el renderizado en servidor y la hidratación parcial, el routing basado en archivos, entre otros. Todo apunta hacia un consenso de buenas prácticas que antes parecía impensable.
Incluso frameworks específicos como GatsbyJS, que nació como un generador de sitios estáticos para React, refleja esta tendencia de convergencia, incorporadon el renderizado híbrido, funciones en servidor y optimización de datos bajo demanda, alineándose con esa idea de enviar al navegador solo lo justo, sin renunciar a la interactividad.
Más que una batalla de filosofías, el panorama actual se parece a una conversación constante entre equipos que observan lo que funciona y lo adaptan. Lo que antes era motivo de guerras de foros hoy es un terreno fértil para la evolución colectiva. Y eso, para quienes desarrollamos, es una fantástica noticia.
La migración silenciosa: signals por todas partes
Quizá la pista más evidente de esta convergencia es cómo la mayoría ha terminado abrazando la reactividad granular. El concepto de signals se ha vuelto protagonista porque resuelve de forma sencilla uno de los grandes dilemas: evitar renders innecesarios y actualizar solo lo que realmente cambia. Lo que comenzó en SolidJS se ha filtrado a frameworks como Preact, Qwik y Angular. Incluso Svelte, que siempre presumió de su compilador como la solución mágica para optimizar el DOM, ahora integra signals en su motor.
React, fiel a su filosofía, se resiste a adoptar signals como tal, pero su React Compiler va en la misma dirección: minimizar trabajo redundante y mejorar el rendimiento sin alterar drásticamente la mentalidad de quienes ya dominan su ecosistema.
Los componentes como lenguaje común
Otra idea que ya nadie discute es la arquitectura de componentes. Lo que antes era distintivo de React, y lo que impulsó a Vue a ganar adeptos por su simplicidad, hoy es el corazón de Angular, Svelte, Next.js, GatsbyJS, SolidJS y prácticamente cualquiera que busque ser relevante. Todos parten de la misma premisa: encapsular lógica, vista y estilo en piezas reutilizables, con props que fluyen hacia abajo y eventos que emergen hacia arriba.
Las diferencias de sintaxis entre frameworks son casi anecdóticas comparadas con lo que tienen en común. Esto hace que moverse de uno a otro sea cada vez más natural y que el conocimiento se transfiera mejor entre equipos y proyectos.
El renacer del servidor: SSR, hidratación y la frontera difusa
En este viaje hacia la eficiencia, el renderizado en servidor ha dejado de ser una característica diferencial para convertirse en el estándar. El objetivo es claro: que el usuario reciba contenido útil lo más rápido posible, dejando la interactividad para cuando realmente se necesita. De ahí la popularidad de la hidratación parcial o progresiva.
Next.js sentó un precedente con los Server Components, mientras Angular refina su hidratación no destructiva para eliminar parpadeos molestos. Nuxt, SvelteKit, Astro y Remix nacieron con la idea de renderizar en el servidor primero y optimizar la entrega de JavaScript.
Y ahí está GatsbyJS, que demuestra que evolucionar es imprescindible: lo que empezó como un generador de sitios 100% estáticos ahora combina generación de páginas bajo demanda (DSG), funciones serverless y edge rendering para mantener la relevancia en un mundo donde ya no basta con prerenderizarlo todo.
Routing más intuitivo: la victoria del filesystem
Otra señal de que todos miran hacia el mismo lugar es cómo el file-based routing se volvió casi inevitable. Lo que Next.js popularizó hace años —estructurar rutas a partir de la jerarquía de carpetas y archivos— ahora es norma en SvelteKit, Nuxt, Remix, Astro y otros. Incluso Angular ha empezado a coquetear con esta idea en versiones experimentales. GatsbyJS, por su parte, siempre entendió la importancia de generar rutas a partir del contenido, algo natural para un framework centrado en sitios ricos en páginas y secciones.
La receta compartida para rendir mejor
A esta altura, cualquiera que se adentre en el mundo de los frameworks modernos encontrará la misma lista de estrategias de rendimiento: dividir código en partes pequeñas (code splitting), cargar componentes solo cuando hacen falta (lazy loading), eliminar lo que no se usa (tree shaking) y optimizar imágenes de forma automática. Aunque cada uno tenga sus herramientas, el patrón es idéntico: reducir la carga que llega al navegador y mantener la fluidez de la interfaz.
Una experiencia de desarrollo más humana
No solo la arquitectura y la optimización convergen. También la experiencia del desarrollador se ha transformado en un factor de competencia clave. Hoy se da por hecho tener recarga en caliente, integración robusta con TypeScript, CLI amigable y una colección de plugins para cubrir casi cualquier necesidad. GatsbyJS, por ejemplo, destaca por su ecosistema de plugins para CMS, imágenes, SEO y datos externos, lo que lo convierte en una pieza muy flexible para proyectos con contenido dinámico.
Conclusión
Al final, todo este proceso de convergencia es una buena noticia, los patrones que funcionan se comparten y se refinan. Esto permite que los desarrolladores aprendamos una vez y apliquemos el conocimiento en cualquier stack, sin sentirnos atados a un framework que pueda quedarse atrás. La innovación ahora no es una guerra de bandos, sino un diálogo continuo entre comunidades que entienden que, si algo mejora la web, merece ser adoptado sin prejuicios.
Tal vez la mayor lección sea esa, que mientras los logos cambian, la esencia permanece, construir experiencias cada vez más rápidas, accesibles y sostenibles. Y en ese camino, React, Angular, Vue, Solid, Svelte, Qwik, Astro, Remix, Nuxt o GatsbyJS son simplemente distintas rutas hacia la misma meta: una web mejor para todos.