En las próximas semanas entraremos en una serie sobre comunicación y abordaremos algunos de los mitos  más comunes en las organizaciones. Estos mitos son tan potentes que además de generar “caos y mucho ruido”, no permiten que tu organización tenga comunicaciones efectivas.

Tú tienes el control

“Lo tenemos controlado”. ¿Cuántas veces has dicho o has pensado en una frase como esta? Que tengas el control es un mito porque probablemente ya has vivido que no lo tienes, y con las peores consecuencias, en persona.

Además, cada persona que viene a tu organización, viene con una mochila “única de ideas y creencias que utilizan para interpretar” lo que dices e “interactuar con esa información.” Lo mismo puede pasar con un cliente, o potencial cliente: descifran tu información usando sus “experiencias, deseos, sesgos, valores y suposiciones”.

La buena comunicación anticipa la escucha

Por tanto, la “buena comunicación” está más relacionada con “darse cuenta de la respuesta correcta” que con “enviar el mensaje correcto” como dice Kem Meyer en su libro “Less Chaos, Less Noise”. ¿Qué escuchan las personas cuando “dices” algo? Intentar anticipar lo que escuchan te ayudará a romper el mito que dice que “tú tienes el control”.

Textos e imágenes

Muchas veces, cuando estamos enfocados en un nuevo texto  y nos gusta, y pensamos que funcionará, nos olvidamos que algunas frases o palabras de nuestro sitio web, publicidad, o publicación pueden tener significados o sentidos diferentes según el contexto, o la audiencia. ¡Presta atención al contexto!

Lo mismo puede ocurrir con algunas imágenes que envés de atraer a los clientes o colaboradores, solamente los repelen, o causan polémica en las redes sociales.

Antes de usar una imágen o recurso gráfico, recomiendo que te hagas (y contestes) las siguientes preguntas:

  • ¿Este gráfico apoya o compite con la experiencia digital prevista para nuestra audiencia?
  • ¿Este recurso visual ayuda a lograr el objetivo o no?
  • ¿Tiene potencial para atraer o repeler?
  • ¿Agrega o quita credibilidad?

Hacerlo, o sea, evaluar el potencial de un recurso gráfico es urgente. Si no, no tendrás el control del mensaje. Incluso lo que digamos debe ser pensado cómo afectará a los otros. Por tanto, no vale simplemente pensar en lo que decir, también cuenta pensar en cómo afectará a tu colaborador, equipo, cliente o la sociedad en general.

Analizar el feedback

Reflexionar si tienes el control, es preguntarte también sobre el feedback que recibes de los emails que envías, o de los comentarios de tu audiencia a tu último tweet. ¡Analízalo! ¿Te preocupa cómo se sentirá el receptor cuando lo envíes? Hacerlo es una forma de permitir que la “comunicación abra puertas”.

Recuerda que tu mensaje se puede malinterpretar en función de tu audiencia. ¿Sabes cómo prevenirlo? Asumir algo incorrecto es un paso para fallar en la comunicación.

Visión contextualizada fuera de “tu camino individual”

A veces, “un mensaje puede ser importante para tu audiencia corporativa interna pero completamente absurdo para tu audiencia externa”.  Esto sucede cuando intentas ser un friki del control en las comunicaciones.

No seas un friki del control en las comunicaciones corporativas

Algunas organizaciones y líderes tienen el impulso de compartir con su audiencia normas, formas e “informaciones importantes” por el “ bien de la marca”. “Usa nuestro nombre así”, “Dí el nombre de nuestra marca así”.

Esto puede ser importante para tí, y para tus equipos internos, pero tus clientes no lo leerán y si lo hacen solamente les molestarás, y no volverán a tu sitio web. Aquí tienes un factor porque tienes mucho tráfico y poca conversión. Recuerda que sirves a “los consumidores y no a ti”.

Mecanismos de retroalimentación

Es probable que estéis enganchados en diálogos corporativos internos, por eso es importante poseer mecanismos formales o informales de retroalimentación para ayudarte a identificar tus errores de comunicación. ¿Sabes cuáles son? ¿Cómo sabes cuando pareces fuera de lugar con tus clientes?

Rompiendo el mito

Para concluir, creo que para romper el mito “definitivamente”, debes hacer la reflexión y pensar cómo puedes evitar intentar empujar a tu audiencia - interna o externa - a adoptar siempre tu punto de vista. Además de pensar en los pasos que podrías establecer como base para atraer a las personas al contenido que tienes para ofrecer.

Es muy probable que estés imponiendo tu visión a los demás y transmitiendo de forma inadvertida un mensaje que satisface tus necesidades en lugar de pensar en la visión de tus clientes, colaboradores y equipo. ¿Puedes darles a las personas de tu equipo el beneficio de la duda?

Por tanto, más que forzar el comportamiento de alguien, tu misión debería ser alimentar el potencial existente, y cuando creas que ya tienes todas las respuestas intenta ir a lugares, ver a personas, o sentir experiencias nuevas para mantener tu mente abierta.

No vale rodearse de gente que dice “sí”” a todo, evitando así el arduo trabajo de enfrentar diferentes perspectivas, buscando sólo aportaciones que apoyen tus pensamientos y puntos de vista. Así es muy fácil pensar que tienes el control.

¿Dónde estás tratando de forzar el comportamiento de alguien en tu organización? ¡Coméntalo abajo!

Foto: skeeze de Pixabay







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